Las bases del yoga, el nuevo libro de Swami Satyananda Saraswati
Una afirmación
contundente que resitúa nociones erróneamente concebidas en el imaginario
colectivo acerca del yoga como una práctica independiente de su raíz
hindú y disociada del hilo sagrado que la mantiene viva. Swamiji disecciona los
porqués de la escena actual del yoga y el camino que la llevó de ser una
aspiración a la infinitud y una cosmovisión sagrada que abarca la totalidad de
la vida -y lo más importante, una transmisión directa de guru a
discípulo tras una profunda preparación-, a imponerse como un producto de consumo
masivo con horas semanales de duración.
Está claro que en
este comentario Swamiji no se refiere únicamente a las referencias, sino al ser
establecido en el conocimiento que ha engullido como parte de sí la sabiduría
del sanatana dharma (hinduismo) y se ha hecho uno con la enseñanza desde
el punto de vista experiencial.
Lo mismo ocurre en Las
bases del yoga, donde Swamiji expone la clave de la dicha y ofrece una vía que, al entender de quien escribe, es la resistencia
a este mundo caótico. La vía espiritual es la Gran Vía. Y lo más noble es que
no pretende hacernos creer nada, sino que nos da las herramientas necesarias
para empoderarnos a nuestras mentes y ser más libres de los condicionamientos
personales, sociales y de la modernidad.
Leamos sus
palabras: “El camino del yoga no se basa en la creencia, sino en la
autoindagación, en la observación profunda de lo que Somos”. Swamiji nos
enseña que el yoga es un medio a través del cual, si seguimos
determinadas pautas, llegaremos a determinado plano de conciencia o
alcanzaremos determinado objetivo. Una operación casi “matemática” que nos
puede tomar una, cinco o mil vidas resolver, pero que en algún nacimiento -y
como resultado de la gracia y el esfuerzo-, revelará su resultado. “Ve más
adentro, más adentro”, -dice el sabio al leñador en el epílogo de
la obra-, allí brilla el corazón del yoga.
El libro comienza
con una contundente enseñanza: “El yoga es la cesación de los
movimientos de la mente” -Patanjali- y la realidad conocida es la manifestación
cósmica del baile divino; por tanto, nuestra esencia es aquello que es anterior
a la mente que al moverse manifiesta el mundo.
Continúa con una enseñanza más contundente aún: sin guru no hay yoga, sin discipulado no hay transformación, sin vínculo de corazón a corazón no hay trascendencia. Swamiji escribe esto no solo porque lo digan las escrituras, sino porque es su experiencia consumada en este camino. Tras haber recorrido de primera mano todos los estadíos de la sadhana y su culminación, no puede hacer más que transmitirnos su estado; el mismo acerca del cual cientos de mahatmas (grandes sabios) han enseñado a lo largo de la historia: que en nuestro interior habita el néctar del infinito que tiene la forma de la dicha.
En el segundo
capítulo titulado El yoga en las Upanishads, encontramos el corazón del libro. ¿Qué son las Upanishads?
Son la parte final de los Vedas, las escrituras hindúes más antiguas que
contienen el conocimiento trascendente revelado a los antiguos rishis
(sabios) en estados elevados de meditación, “Aquello que, una vez conocido, no
queda nada por conocer” (Chandogya Upanishad). Este es el corazón del
conocimiento y por tanto es el corazón de la obra de Swamiji.
Estos abismos
fueron surcados también en la India por años y años de violentas invasiones musulmanas que impusieron su doctrina
y causaron debilitamiento social. Esto sumado a la invasión inglesa en la India
y la imposición de su sistema educativo que rompió con el tradicional sistema
de gurukula (escuelas tradicionales hindúes), provocó un decaimiento en
el modo de autopercibirse de los hindúes y en su vínculo con el sanatana
dharma como pilar fundamental de sus vidas.
La combinación de
estos factores es el punto de quiebre que expone Swamiji acerca de las causas
que llevaron a la expansión del yoga (alejado de su sentido real) por
Occidente. Por tanto, la riqueza del libro no se basa solo en ser un pálpito
vivo de enseñanza, sino también, en alumbrar una perspectiva de la historia
sobre la que no resuenan ecos.
Los demás capítulos
del libro son: El yoga en la Bhagavad-gītā, donde se nos muestran
diferentes ramas del yoga y, a su vez, como esta práctica abarca la
totalidad de la vida bajo la enseñanza de “el yoga es la destreza en la
acción” (yoga karmasu kausalam). Continúa con El raja yoga
de Patanjali, donde se profundiza con más detalle en la enseñanza del gran
sabio. Sigue con Las raíces del hatha yoga y su expansión por Occidente,
comentado en los párrafos previos, y termina con una selección de Preguntas
y respuestas en el camino del yoga, a través de las cuales la obra se
comunica con más cercanía aún, porque en las dudas compartidas podemos
encontrar nuestras respuestas.
En consecuencia, Las
bases del yoga no es una obra meramente teórica, sino que es un
libro vivo cargado de la experiencia directa de su autor. La shakti o
energía de quien ha convertido su vida en yoga puro traspasa los
capítulos del libro, pues la enseñanza cobra vida en las palabras de quien está
establecido en ella.
Quien escribe ha de
reconocer que cuenta con ventaja y parcialidad para hacer estas afirmaciones,
pues los que tenemos la gracia y fortuna de compartir y observar a Swamiji en
el día a día, somos testigos de cómo cada palabra de Las bases está
sustentada en su actitud siempre correcta sin atisbo de ruido ni contradicción.
Swamiji es yoga y escribe no solo desde lo que sabe, sino -y lo más
importante-, escribe desde lo que Es.
Sin duda este texto
está destinado a convertirse en un clásico del género y una referencia
imprescindible para todo aspirante que busque profundizar en este camino.
Valoramos los aportes del yoga postural como puerta de entrada al yoga
de la trascendencia y somos muestras vivientes de cómo su expansión en
Occidente fue la soga que nos acercó a la sabiduría bajo la guía de Swamiji.
“Levántate.
Despierta. Acércate a los grandes (sabios) y aprende. El camino es estrecho y
arduo, tan difícil de transitar como el filo cortante de una navaja. Así lo
describen los sabios”, dice Yama, el Señor de la muerte, a Nachiketa en la Katha
Upanishad.
La vida es un soplo
y, si esta obra despierta el anhelo en ti, no dudes en acercarte a la fuente
viviente. Como escribe Swamiji, “es posible que, ahora mismo, en un pequeño
ashram o en un lugar retirado, un sabio maestro, después de haber probado
durante tiempo a su discípulo -que lleva una vida ascética dedicada a la
contemplación y práctica yóguica- le inicie en el yoga y le enseñe cuidadosamente.
Y es posible que sea este mismo discípulo quien, dentro de un tiempo, siga
enseñando de manera silenciosa a otras personas que tengan el fuego necesario
para vivir en la ascesis y la contemplación, continuando así con una sucesión
casi eterna de enseñanza”.
Estos lugares
ciertamente existen.
Gracias Swami
Satyananda Saraswati por esta ofrenda al dharma.
Puedes adquirir Las
bases del yoga, los orígenes del hatha yoga, los nathas,
y su expansión por Occidente, a través de la tienda de Advaitavidya: https://advaitavidya.org/tienda/las-bases-del-yoga-el-origen-del-ha%e1%b9%adha-yoga-los-nathas-y-su-expansion-en-occidente/
Con amor y respeto.
Atmajyoti.
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