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Mostrando entradas de diciembre, 2014

La chica de Murphy

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Pasa en la vida real. No en las películas ni en los cuentos. Pasa en ese instante en que apoyás el manojo de llaves en el asiento del auto. Pasa en ese instante en el que soltás la puerta del auto y te percatás de que sus llaves están adentro también. Pasa cuando intentás abrir la puerta y te das cuenta de que todas tienen el seguro puesto. Pasa cuando te quedás sin la cartera, sin la billetera, sin el celular, sin 25 centavos para llamar desde un teléfono público. Pasa cuando tenés que ir a votar y el DNI está dentro del auto. Pasa cuando hacen 30 grados de calor y queda una hora para que cierren los comicios. Pasa cuando es domingo a las cinco de la tarde y ningún vecino te abre la puerta. Pasa cuando vivís muy lejos y varios kilómetros de ruta e insolación te separan del centro. Pasa en la vida real. Pasa en la vida de Ananda. Por eso la historia sigue. La hora límite se acercaba. Llegó corriendo al colegio Faustino Fernández con el pasaporte en la mano pero estaba cerrado.

Yo deposito mis tesoros en el cielo

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Se llama Javier y es de Neuquén. Hoy vive en Mar del Plata y se refugia entre las carpas que se acercan al mar. Lo conocí una noche en que me pidió un trago de cerveza mientras caminaba sola por la costa. Mi primera reacción fue seguir adelante, pero unos pasos después me acerqué para regalársela. Sin planearlo empezó a contarme su historia y alzó la voz de una vida que no imaginé cruzarme en aquel momento. Curiosidad y esencia obligan, me sumergí en esa conversación y me dejé llevar por el relato que ahora comparto con vos. Él llegó a Mar del Plata de la mano de un artesano y su mujer psicóloga que le dieron  refugio en su vivienda. A cambio del techo, cama y comida, les limpiaba la casa, les cocinaba y compartía su amistad. Al cabo de un año esa historia se dividió y lo llevó a vivir entre las carpas de la costa marplatense, esas que los turistas alquilan para protegerse del sol y él cuida para caminar su vida. Hoy vive en lo que llama un paraíso. Todas las mañanas se leva