Solo el amor salvará al mundo


Basta de tanto odio, tanta muerte, tanto dolor. Abrís las redes sociales y son una batahola de falta de sentido común, de focos puestos fuera de eje, de victimización a las víctimas, de argumentos que apelan a la libertad desde el juicio. ¿Libertad? Libertad relativa, como si acaso fuéramos un poco realmente libres en este plano terrenal. Quizás la idea de pensarlo reconforte por el supuesto, pero la verdadera libertad está allá donde termina la mente, el ego y la maldad del ser humano, la paradójica criatura más aberrante que pisa la tierra en obscena contradicción. Los debates presocráticos sobre la bondad o maldad como naturaleza innata de las personas se disuelven obsoletos en la injusticia cotidiana.

Creo fervientemente en la Ley del Karma, en la reacción efecto boomerang de nuestras acciones y la longitud de onda de nuestros pensamientos, las pequeñeces que ignoramos porque en la vida fácil están fuera del radar de la autoindagación. Creo que toda maldad se paga, si no es en esta vida será en la siguiente, o en alguna próxima, pero de lo que no hay dudas, es que esa flecha lanzada en algún momento impactará.

Hay maldad y amor extremo en el ser humano. Las polaridades son la naturaleza material de este plano relativo. No entendemos las aberraciones y a pesar del tiempo invertido en la búsqueda de la transición de la forma, al momento de estas palabras, la realidad relativa es la que predomina; la esencia no es todavía reconocida en totalidad, pero hacia allá vamos, es el objetivo de la vida. No hay anhelo más fuerte, más profundo ni más alto que este.

Pero en este mientras tanto, en tanto continúe indignándonos hasta los huesos la maldad, perturbando nuestra mente al punto de no dejarnos dormir y angustiándonos en silencio tras la cortina, en este aquí y ahora, esforcémonos por ser más conscientes todo el tiempo. No permanezcamos dormidos, no creamos en todo lo que nos dicen. Cuestionemos el afuera y nuestro adentro, démosle rienda suelta a la contradicción que bulle porque desde el conflicto se desempolva la mesa. Seamos como el aire que invisible todo lo envuelve y seamos capaces de observar y comprender por fuera de las partes. Seamos el visor externo que nos permita descular las micro peculiaridades que hacen a cada situación indefinible en el extremo.

Entendamos que la tibieza no sirve para nada en la vida. Que la maldad debe ser repudiada sin concesiones, y el amor celebrado, por favor, celebremos el amor sin restricciones. El amor a nosotros mismos, el amor a poder decidir, el amor a no juzgar a quien piense o elija diferente. Que la vida entera sea un acto de amor. Comprendamos que respetar la ilusoria libertad de elección es un acto de amor. No seamos necios, no seamos loros. No seamos más ignorantes de lo que ya somos como especie. Si la evolución del alma sucede vida a vida, que el objetivo de nuestra vida sea la construcción más diáfana de nuestro ser; que la luz pase por nuestros poros y que la oscuridad de la ignorancia se deshaga en cada haz.

Un solo fósforo encendido alcanza para correr la sombra de la habitación.


Juliana Biurrun
20 de febrero de 2018

Comentarios

  1. Hola que tal en una de esta *casualidades^ buscando sobre la salvación del amor me topé contigo. Por algo sera y me encantaría ponerme en contacto para estar al tanto de tus productos y poder acercarme en algún momento cósmico por donde estén! Me encantaría yo me encuentro en Neuquén Capital me llamo Monica Haberstroh

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