Esas cosas que, impulsivamente, una escribe II
¿En qué momento la gente se
olvida de las complejidades ajenas y el rebote del silencio?
Todos los corazones en
determinado momento de sus historias personales laten aturdidos. Nadie que
practique la empatía permanecería indiferente a las palpitaciones que acaricien
su recuerdo. Tremenda ignorancia la de quien pierde la cortesía del respeto.
Silencio y hachazo del vacío que transmite. Violencia. Y el desconcierto, la
materialización del potencial.

Los arañazos se contagian en
contacto con la piel acorazada y ese contagio, humedece de sangre a las manos
que se acercan, que no tocan. En previo pensamiento son alejadas, empujadas al
vacío con una línea nueva cavada en la cutícula, diminuta y profunda. Aguda.
Demasiadas cicatrices atestiguan esas manos. Aunque a simple vista no se vean,
ya no se quieren acercar.
Juliana Dolores Biurrun
Comentarios
Publicar un comentario