Convivencia
Mi gato es sabio. No porque sea mío sino porque de verdad lo
es. Él me enseña, es mi compañero fiel y guardián nocturno. Me trae plumas
blancas cada vez que se encuentra con un ángel en el patio. Y me besa con
pasión, se extasía cada vez que miramos juntos una película. Me habla con su
mirada, nos comunicamos sin sonidos. Cuando sube al estante me toca la frente
con su pata suave y me dice que todo va a estar bien, que no tenga miedo, que
las hadas se esconden en las plantas y vuelan por la casa mientras duermo. A
veces cuando sueño las escucho y siento el aire de su aleteo en la punta de mi
nariz.
Juli Biurrún
Foto y maquillaje de ANDREA JARA
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