Volver a la raiz

Volvamos a la raíz del ser y la conciencia, del universo y la historia. Celebremos el amor y no el amor por enamoramiento de pareja, sino el amor absoluto, ese que engloba a todos los demás. El amor por la vida, la naturaleza y la tierra. El amor puro de conmoverse con momentos no mediados por lo material. 

Vamos a enamorarnos de la inmensidad del cielo y los terracotas del atardecer, de la luna en todos sus tamaños, de la corriente del río, de los árboles cuando se sacuden con el viento, del pájaro que camina por el paredón, de planta cuando da una hoja nueva, de los niños cuando la emoción los
invade, de los perros callejeros que felices mueven la cola, de los gatitos que maúllan cuando pasas por su vereda, de la gente que palpita en positivo y nos acompaña en el camino hacia arriba y adelante. 

Porque vibrando en positivo nos multiplicamos y el cambio tan ansiado pasa de imposible a realidad. Empieza por nosotros cuando libramos al aire un conjunto de sentimientos que se expande y su mensaje es captado por alguien más que se estremece en la misma sintonía.

La única manera de llevarlo a cabo es permaneciendo del lado luminoso y trabajando en la desintoxicación de sensaciones que nublan el temple, cuidando la salud emocional y viviendo en odas a la vida cotidiana. ¡Nadie dijo que era una tarea sencilla caminar por el lado de los buenos!

Somos luces intermitentes que por momentos nos oscurecemos con turbaciones que nos opacan. Pero si brillamos juntas aunque oscilemos, seremos un gran juego de luces en crecimiento y constante interacción; un faro que alumbrará el camino en busca de otros faros ansiosos por expandirse. 

Pequemos de románticos y profesemos la Fe Poética. El presente es el futuro y si te amo hoy, con fe poética te amaré toda la vida. Somos artífices de nuestra realidad y del poder que depositamos en los sueños y deseos. Ellos son escenarios posibles, no los subestimes. Son como la magia verdadera que se deja ver solo a los ojos de quienes creen en ella. Es nuestra conviviente y habita en la intención, los sentimientos y la valentía. Es la ausencia del prejuicio y la conexión más pura con la esperanza devenida en condición. 

Celebremos el amor, esa es la meta primera. Cuando estemos intermitentes porque las emociones nos nublen, volvamos a la raíz del ser para amarnos más aún entre nosotros; porque ese será el momento en que más necesitaremos volver a encontrarnos.


"This flame that burns inside of me, im hearing secret harmonies" ♫♪ 

Juliana

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