De artes y extremos: La Maldita y su revolución

             Fuera de Neuquén no la conoce nadie, pero publicaron una foto suya en la Rolling Stones. Como militante del Porno Post Punk, posa con cara de feliz y consoladores XL entre sus piernas. Cuando está aburrida, escribe en su perfil de Facebook que se “fuma un fasito en streaming” y pone a 27 curiosos detrás de la pantalla a mirar como muele, arma, prende, aspira, tira el humo, relaja y vuelve a aspirar. Todo en un proceso sin música.


Es la mujer de los extremos en sentido amplio de imaginación. La manifestación de lo border en su cuerpo y propia imagen, en su arte y exposición virtual. Ella es Maldita Zorra, un personaje que nació en el 2008 cuando el boom de Facebook se adueñó de incontables cantidades de caras en la apertura de cada nuevo perfil.

Aquella identidad surgió como una chica despechada y enojada con el género masculino. Violenta y predeciblemente impredecible, parecida a la gran Violencia Rivas de Peter Capusotto en sus arrebatos de agresión verbal.

Su estética personal pública, es de un golpe visual que no pasaría desapercibido para las paquetas de la city. Con cresta fucsia, cabeza rapada y expansor en la oreja. Calzas de animal print, guantes sin dedos y tatuajes que no se esconden del sol. Cada manifestación depende del ánimo y el día, del estado de la luna y sus mareas.

Cuando ésta muchacha que hoy escribe llegó a visitarla, fue recibida por Ponchi, el perro que Zorra cuidó después de que lo atropellaran y su vecino lo abandonara a medio morir. Mientras avanzaban en el recorrido por su casa hasta el estudio donde harían la entrevista, se cruzaron con tres de los cinco gatos que viven con ella. “En unos días una amiga se va un mes a París y me va a dejar dos más para que se los cuide”, comentó con total pasividad, como si esa cantidad de felinos no alterara los ánimos de cualquier mortal. Aquí es donde sus extremos se tocan y, el impacto que busca con sus producciones, se conjuga con la luz interna que estimula esa entrega.

Maldita es fotógrafa y generadora. Desde su lugar en lo artístico busca la vibración de sensaciones a partir del impacto o lo “fuera de común cotidiano”. Por eso camina hacia el shock, hacia lugares donde gana el pudor. Si tiene que mostrar un pecho muestra sus tetas, si tiene que expresar liberación se agarra la entrepierna entera. Si se siente asfixiada se pone una bolsa en la cabeza, y, cuando ya está chupada, pegada la a piel sin aire, hace un click de autorretrato.

Su pseudónimo en la disciplina es Innsanitaria; otro de los personajes que nace de Marina - el alma mater de esta historia - como la exacerbación de alguna parte de su personalidad. “Exagero todo porque las respuestas que recibo también son exageradas. Busco los extremos porque necesito que lo que hago genere alguna vibración en el otro. Me divierte observar las reacciones de la gente y cómo a partir de eso interactúan entre sí. Es positivo o negativo, sino pasa desapercibido”, y estiró sus brazos tatuados enteros. Uno de colores y corazones, con el signo de más en su muñeca y el gatito de la fortuna Maneki Neko en versión animé. El otro en tonos grises y figuras de significado oscuro. Para completar la bipolaridad, con un menos en su muñeca interna.

Y como lo dice es tal como se ve. En tiempos donde los fotógrafos abundan y las posibilidades de generar una buena imagen a nivel calidad se volvieron más accesibles, la importancia de lo compositivo como mensaje y concepto sufrió un deterioro paulatino. Por lo menos en el discurso de quienes promueven de fotógrafo a cualquiera que se muestre con una réflex colgada.

“Siento que todo ahora es muy parecido y la fotografía, como cualquier disciplina artística, tiene que ser una revolución. Eso es parte de lo que intento hacer. A lo que observamos cotidianamente trato de convertirlo en personaje. Me gusta darle individualidad a las cosas diarias”, comentó la Zorra.

Trasmutación compositiva: De músicos a transformistas

La primera exposición de Innsanitaria fue una serie de autorretratos con raíz en el concepto de mentalidad disociada. Durante años, además del registro cotidiano, mascotas (muchos gatos) y objetos en particular, se dedicó a fotografiar bandas en vivo. Pero un día se amotinó. “Estaba sacando fotos adelante y cuando me di vuelta, había un montón de gente con cámaras. Ahí guardé la mía, me empaqué y dije, ‘el ambiente de la música no necesita que yo esté acá  sacando fotos’. Ahí escapé y me fui para otro lado”, recordó Marina.

Ese fue el puntapié de cambio en su rumbo fotografiable. De capturas durante presentaciones en vivo, pasó a sesiones con revolución de color en estéticas y esencias diversas. “Fue cuando empecé a hacer imágenes con drag queens, transformistas, travestis y trans. Era una manera de creación más política, porque aunque el mensaje no resultaba explícito, quería poner en el lugar de modelos a personas que jamás se habían visto ese rol. Al re-putaso, al trans. No hay ninguna publicidad que los tenga como protagonistas”, remarcó.

En esta parte de la historia entra en juego el grupo Pastelitos Punk, un conjunto artístico militante por la diversidad del que Maldita forma parte. En sus actividades, trabajan sobre los biocuerpos, las diferencias entre géneros y las relaciones modernas (que de modernas no tienen nada). Con sus intervenciones, buscan mostrar lugares diferentes de las mismas cosas: “Tratamos la diversidad sexual, la libertad del deseo. Salir de lo normal en esto de que todo es pito y concha. Fomentamos la búsqueda de otros lugares de deseos”, explicó.

Las pastelitos son “revolucionarias del post porno” y cada una se siente una revolucionaria más. “Por eso yo me puedo poner en pelotas y sacarme una foto con un pito de plástico, porque lo puedo hacer como pastelito”, concluyó la Zorra, en una definición súper sintética sobre otro de los personajes que conviven en su misma disociación. 

Juliana D. Biurrún
Fotos de Innsanitaria

Comentarios

  1. Muy buena nota juli.
    Hace falta mas malditas zorras en este mundo!!!
    abrazo
    LuK

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  2. soreta promiscua y mala leche

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  3. La nota tiene que ver con su faceta como artista. El plano personal no me incumbe y tampoco me interesa juzgar porque no soy quien. Comentarios agresivos por favor con nombre. Poco vuelo esconderse detrás de un anónimo para bardear.

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  4. tal cual anònimo! jaja me describste muy bien en muy pocas palabras!!!!

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