Facebook: El escape imposible
Son
pocos los que escapan con eficacia de la jungla virtual. Como una logia de
rebeldes from the web, se resisten a plantar sus nombres en el perfil de
cualquier red social, sea Twitter, Facebook, Google +, Fotolog o cualquier otra
que haya quedado en el pasado de este agosto de 2012.
Pero
al ser los menos, generalmente sus entornos integran el team de los más. En ese
grupo, las implicancias de sus vidas sociales por un motivo u otro, terminan
colgadas en la red. En una imagen de perfil, el retrato de una juntada loca, en
la foto escaneada de la dulce infancia escolar o en el barrio. No importa
por qué, pero siempre hay alguna razón para mostrar los afectos en el
ciberespacio.
Con
la nueva modalidad de time line, línea de tiempo, biografía, que la red cara de
libro propone obligatoriamente a partir del 22 de agosto, las publicaciones
realizadas y recibidas aparecen cual botón vestido de azul. Divididas por año,
agrupadas en bloques. Los ex, las ex, los que no llegaron a serlo, los que
fracasaron en el intento, todo reaparece ahí. Las fotos horrorosas de cuando
usábamos ese peinado tan feo, los recuerdos geniales de todo lo bueno que fue,
los recuerdos para el olvido que hoy te gritan ¡hey! qué bien te hizo el
tiempo. Todo está ahí. Hasta quienes no quieren estar.
Si
todo marcha como hoy, al cabo de unos años la red Facebook tendrá más archivos
personales que los sujetos mismos. Más imágenes de las que alcanzamos a guardar
y más registros sobre vínculos temporales de los que logramos registrar.
Apocalípticamente,
tendrá más contenido explícito que nosotros mismos sobre actos y memorias relacionados
a lo que alguna vez comentamos o nos gustó. Los botones sobre Registro de Actividad
y Cronología Anual son como los carteles de Memento por toda la casa. Enhorabuena
se puede optar por ignorarlos, actitud que presumo, será adoptada por la
mayoría.
En
esta línea de tiempo, ni siquiera quienes escaparon durante el apogeo de la web,
resultarán ajenos a su caza. A no ser que sean unos ermitaños del Congo Belga o
se escondan bajo el mantel cada vez que suene un click.
Aunque
no quieras estar, Facebook te atrapa. Hasta los McGiver más ágiles que conozco,
en algún momento x se encontraron con un sinfín donde no pudieron evitar su
presencia. Por lo menos hasta hoy. En algunos años si me acuerdo de revisar la biografía,
hago un recuento sobre la cantidad de caídos y te cuento. Espero no sean tantos
como se sospecha que será.
Hasta la próxima sesión de filosofía a bajo costo.
Juli
Muy cierto! ademas facebook en algunos casos sirve como ultimo hilo conector de personas que ya no frecuentamos pero queremos que sigan ahi.. enlazadas
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