Hasta la vista baby! Te espero con el bajo colgado


Cinco años con Cromosoma X. Una lluvia de estrellas fugaces ilumina el cielo que está negro e inmenso sin luz artificial. La primera imagen, un monoambiente dividido con durloc, una repisa llena de cds y afiches de recitales. Un bajo Faim tipo jazz bass negro y blanco, una mesa con un mantel de plástico con muchas frutitas y un teclado encima. Se le sumaban un par de violas y cuatro chicas: Las dos Andreas, Naty Mussoto y anto Raschia, quienes fueran tecladista y baterista respectivamente en aquella época de génesis.

Grabación del segundo videoclip.
Tema "Suerte" - Disco "Sangre".

Casi millones de historias se ramifican desde ese recuerdo inicial. Tengo tantas anécdotas para contar que no las puedo escribir todas sin convertirme en una relatora insoportable. Por eso voy a hacer una selección de datos arbitraria pero llena de amor, basada en nuestros más pícaros recuerdos.

Por aquellos días repartía mis fines de semana entre bicicleta por las bardas y ensayos en un garaje de Centenario donde hacíamos covers de Gustavo Cerati y Soda Stereo. Ahí en el medio llegué a Cromosoma, primero como invitada para tocar dos canciones, Caramelo y Masticable Ser. Eran temas bien de señoritas, donde se hablaba sobre del amor y la frivolidad cuando injustamente condenan al género.

Primero nos miraban raro, chicas intentando hacer rock. Éramos como bichos extraños dentro de la jungla rockera varonil que se disputaba este territorio. Obstinadas y bienaventuradas cabezas duras, el nivel de prejuicio era directamente proporcional a nuestro nivel de trabajo. Y lo mejor de todo, era que en ese proceso de afianzamiento personal, grupal y hasta social, la pasábamos espectacularmente bien.

En eso se había convertido Cromosoma. En un proyecto de verdad y consecuencia con prueba y error, en el que cada integrante aportó un condimento fundamental sin el que seguramente esta rueda no hubiera girado igual.

Vamos a empezar por orden de llegada. Primero Andrea Braun, la fundadora de esto, nuestra mamá cromosoma, la mujer siempre sistemática y atenta a todos, realmente todos los detalles. Desde llevar un alicate en la mochila para que la señorita bajista se corte las uñas antes de tocar, hasta tener una copia de cada canción o púas extras para que use la señorita cantante. Desde tener siempre un paquete de aceitunas en la heladera para convidarnos cada vez que le invadíamos la casa como hormigas hambrientas, hasta guardarnos alguna botella de fernet aunque deteste esa bebida espirituosa. Siempre con el consejo justo y la claridad necesaria. Siempre ella, humilde y servicial, Andrea TodoTerreno Braun.

Seguimos por Andrea Jara, la chica temperamental, pasional y sensible, tan hermosa y especial como esta lista clasificada de adjetivos para armar una bomba molotov con potencia infinita. Ella y su visión escénica de las cosas, la voz cantante en el rumbo de las ideas interdisciplinarias, donde todo de aquí en adelante dejó de ser un simple recital para convertirse en una puesta donde la atención a los detalles ilustraba lo que se veía después.
Aquí aparece quien escribe, pero estas líneas dejaré que las completen mis amigas. Ellas conocerán mejor la descripción que me toca.

Después se sumó Carito, el mismísimo Demonio de Tasmania tras los parches. Ella llegó para completarnos. Si algo le faltaba a Cromosoma era una mujer estable que cuide el arco con compromiso y dedicación, pero sobre todo con pertenencia y pasión. Se convirtió paulatinamente en nuestra hermanita menor, a la que cuidábamos y le contábamos cosas de la vida que nos hubiera encantado que nos digan a nosotras cuando teníamos su edad. Carito es nuestro gran orgullo, una mujer hecha y derecha, que sabe lo que quiere y va por ello. Y solo por arremeterse contra su destino es que mañana se va a llevar el mundo por delante. Sí, yo le tengo toda mi fe.

Hasta que llegamos a Yamila, última pero no por eso menos importante. La gran saxofonista, mi gran cómplice. Ella y su “que hacés loka” que te reciben siempre. Mi pata derecha sobre el escenario y en sentido literal, la mirada que habla sin hablar y comparte pensamientos mudos mientras suena la canción.

Y así recorrimos cinco años de música desde la chispa inicial que surgió de postes y cartelitos en las paredes. Cinco años de preciosa juventud que se llevan los recuerdos y las enseñanzas más leales de la música y todo el universo humano que se concentra en ella.

Fueron cinco años de anécdotas de las más variadas. Desde una discusión exquisitamente liberadora y reparadora hasta una sala inundada y al límite del cortocircuito. Desde una borrachera conjunta hasta un ensayo con resaca. Desde una mano parchada contra un pedazo de madera hasta dedos con ampollas de callos y sangre debajo. Desde un ex novio hasta otro ex novio y un novio nuevo. Desde una familia con un montón de integrantes a una familia en renovación constante pero siempre feliz (y si no estaba feliz, le poníamos el pecho hasta que así sea). Desde un viaje con temperaturas bajo cero hasta otro de calor asfixiante. Desde el escenario más imponente hasta la tabla más hostil. Desde la sensación más plena hasta una patada en la nuca de la autoestima.

Así fueron estos años con Cromosoma. Bipolares, viscerales, como montañas rusas de emociones permanentes y una lista inmensa de recuerdos para exponer en la vidriera de una “tienda de nostalgia”. Fueron cinco años de historias y recuerdos (que todavía no terminan) de espíritus plenos, emparentados por la música pero unidos más allá de ella. 

Si a la felicidad de preciosa juventud se le pudiera poner un nombre, sin dudas sería Cromosoma X, nuestro gran amor y mejor amiga. Osados aquellos que se atrevan a desafiarla, este cristal está protegido por guerreras del tiempo que cultivan el alma con espíritu utópico y soñador. Y poquito a poco se suman aliados a esta cruzada de mañana libre. En hora buena y bienvenidos sean todos. Sin ese ley motive nada de esto hubiera sido posible. GRACIAS A TODAS, A TODOS Y POR TANTO.

Hasta la próxima!

Juliana D. Biurrún


Comentarios

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

¿Qué es el under?

La casa del guru, el lugar más sagrado de la tierra

Curar desde la conciencia. Terapia de Vidas Pasadas como alternativa de sanación.