La mística popular de las Súper Pochoclo Nights

Cuando un acto tiene mística, se convierte en un ritual. Los sentimientos se sociabilizan y entablan así la complicidad entre personas que comparten el mismo placer por un hecho compartido y particular. 

Durante los últimos meses, los jueves de las noches neuquinas se convirtieron en una cita obligatoria para los amantes del cine, los clásicos y las veladas de consumo compulsivo de pochoclos con gaseosa. Fue por la llegada del Súper Pochoclo Night, un ciclo de presentación de clásicos del cine en el Cine Teatro Español. Así semana tras semana, la sala de la Avenida se convierte en una jungla de gentío de todos los palos, desde el under más alternativo hasta el yuppie más pro. 

La movida pochoclera es desprejuiciadamente popular, todos pueden ir, el que tiene más y quien tiene menos. Son montones de jóvenes mezclados entre sí por un mismo objetivo ritualista: Cortar la semana, ir a ver o rever una buena peli - de esas que no pueden faltar en el historial de todo cinéfilo – y disfrutar por el mismo precio de una actividad que dura un poco más que una cerveza en el bar. 

Cuando apareció la propuesta en la ciudad allá a mediados del 2010, el admirar lo perspicacia de sus realizadores fue (creo) un sentimiento colectivo. Traer (de nuevo) a la pantalla los clásicos del cine, era una fórmula más que exitosa para captar por un lado, a los gustosos de las expresiones artísticas, y por otro, a los activistas de las noches de ocio recreativo. 

Y los promotores no se quedaron con la película en DVD transmitida en una gigante. El trabajo de producción publicitaria que se realizó en la región, no tiene nada que envidiarle a los grandes auspiciantes que aparecen en las salas de Chrestía y Antártida Argentina. Lo bizarro y popular son las tácticas principales para transmitir sus mensajes, y con propuestas ingeniosas generan situaciones en las que al espectador no le queda otra más que responder con gusto y entre carcajadas colectivas ¿Cómo no apagar el celular después de un mini corto sobre una familia zombie en el cine, que termina devorando a un muchacho por interrumpir con el sonido de su móvil? ¿Y cómo no considerar, aunque sea la idea, de tomar una cerveza a la salida cuando Darth Vader te invita medio volado desde la barra de un bar?

Las jornadas de Superpochoclos ya son un clásico que se fogonea entre la red social - aliada fundamental para la concreción de la idea - la ciudad y la juventud; y donde día a día se revive el gusto por los films de ayer que cultivan adeptos en nuestras noches de hoy. 

Y mientras escribo escuchando a Def Leppard pienso,
¿Hysteria será el próximo clásico?

Hasta la próxima!

Juliana D. Biurrún

Comentarios

  1. las pochoclos no serían nada sin el asistente fiel,che... jajaja

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  2. Darth Vader usa guantes negros! Y si no los tuviera, se le verian las dos manos roboticas que tiene :/ jaj

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