Duálmicos: Convivencia sagrada

Como lo prometido es deuda, a continuación la crónica del recital de Duálmicos el sábado 27 de noviembre en La Conrado Cultural. 
Publicada en www.comahuerock.com.ar


Duálmicos: Convivencia sagrada


         El show de presentación del primer disco de Duálmicos, ex Claroscuro, no fue un recital más. Fue el cierre de un proceso de siete años de crecimiento y mutaciones como banda, y de tres años de producción y reelaboración de “Claroscuro”, el primer material discográfico tan esperado por muchos, y que presentaron el pasado sábado 27 de noviembre en La Conrado Cultural.
         La banda está integrada por Rodrigo Borges en voz y segunda guitarra, Sebastián de Urrutia en primera guitarra, Mercedes Sánchez en bajo y coros, y Alejandro Tarifeño en batería. Juntos son un racimo de matices y contrastes que conforman la dualidad que da vida a su nombre. Y así comienza la historia.

         00:05 en punto. Un arpegio tremolado y en roce al contratiempo siguió a las publicidades de los auspiciantes que dieron apertura al recital. Sonaba “Sitios”, la misma canción con que inicia el disco y una de las mejores del material.

Mer
         Como estaba previsto, la noche contaría con sorpresas y artistas invitados. La primera en subir al escenario fue Andrea Jara, cantante de Cromosoma X. Ella interpretó “La poción”, segundo tema del disco y uno de los legendarios en el repertorio de la banda. Su interpretación fue impecable, y la energía que caracteriza su cantar la hizo brillar esa noche. 

         Un par de temas más dieron pié a la llegada del segundo invitado, Marcos “Tony” Tarifeño, hermano del baterista y cantante de Quimera. Él se puso frente a la voz del clásico “Wicked Game” de Chris Isaak en lo que fue uno de los momentos más lindos del show. Su voz gruesa y fuerte se ensambló con la banda y representó con creces al espíritu de la canción. 

         La tercera invitada fue la saxofonista Yamila Tejada, también participante de Cromosoma X. Ella ejecutó sus vientos en el funk “Sexual”, y aportó con sus arreglos el sonido faltante que el tema pedía casi a gritos.

         El primer audiovisual de la banda

         Una de las perlas prometidas para la noche del sábado, era la presentación del primer videoclip oficial de la banda, dirigido, producido y editado por Diego Aguirre. El hit que musicalizó las imágenes fue “Ya no soy yo”, otra de las elaboraciones más antiguas del grupo.

         Al mejor estilo “Judith” de The Perfect Cicle, el rodaje muestra a la banda con una estética glam rock tocando en un galpón oscuro, con primerísimos primeros planos sobre los instrumentos, y con humo como nubes en el ambiente.

Ale
         El momento de la proyección audiovisual le siguió el primer corte. Fueron unos cinco minutos de silencio musical y murmullos generalizados, que terminaron cuando los integrantes volvieron a irrumpir en el escenario con un cambio de vestuario que representó la dualidad con la que se identifican. La primera parte tuvo la impronta de la formalidad cercana al estilo de gala; y el contraste en la segunda estuvo marcado por los jeans y zapatillas como protagonistas del show.

         Era el turno del cuarto invitado. El chelista Fausto Figueroa se sumó en “Wake up”, una de las baladas de rock regional más lindas que escuché. A este instrumento poco común en el ambiente, le siguió otra secuencia también inusual. Fue el sorteo de cortes de pelo auspiciados por la peluquería Thiago, que terminó con dos promotoras de figuras imponentes bailando sobre el escenario al ritmo de un blues improvisado.

         El reviente cerca del fin

Seba
         “Ahora voy a invitar a las chicas a que suban a bailar. Vengan, anímense”, dijo Mercedes en recorrida por el escenario sin el bajo colgado. Es que era el turno del último invitado: Sebastián Ruete, bajista de la ex Cabeza de Cobra. Entre ese rango de minutos Rodrigo sacó un teclado desde atrás del telón, y con algunas nuevas señoritas arriba, comenzó a sonar “Hella good” de No Doubt. Las tablas parecían temblar con los saltos múltiples, en lo que fue una especie de paréntesis de reviente escénico y una de las secuencias más divertidas del show.
Rodri
         Los temas restantes en la lista evidenciaban los pocos minutos faltantes para llegar al final. Era el momento de agitar con todo. “Sepárense, hagan lugar en el medio”, dijo Rodrigo. Los que quedaban en la sala comenzaron a alejarse tímidamente para dejar una pasarela vacía en el medio. Es que “Nextweek” de Sumo se preparaba para sonar. Y así con los primeros acordes distorsionados, un puñado comenzó a saltar, mientras que otro se quedó tranquilo en su lugar. 

         Cada vez faltaba menos para el fin. El proceso previo y el significado de la noche ameritaban un cierre a todo rock. Era el momento de brindar por los años de convivencia humana y musical que convirtieron a Duálmicos en lo que es hoy. Y así terminaron sobre el escenario una docena de personas con champagne entre sus manos, festejando entre copas bien en alto y a la expectativa del porvenir. 

         Si bien la afluencia del público no fue masiva y el evento contó con detalles poco organizados y no característicos del mundillo del rock, cabe destacar la fidelidad y el aguante del público; la entrega de la banda que dejó todo en escena, y la profesionalidad que como siempre imprimieron al tocar, en lo que fue a nivel musical un recital impecable.

Hasta la próxima

Juliana D. Biurrún 
Fotos de Andrea Jara

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