Across the universe

Un recorrido por el universo de los sentidos

Preparé mi cama y mi lugar, ubiqué la pantalla, subí el volumen del home, y me acomodé para mirar y escuchar una película que hacía tiempo me venían recomendando. “Mirala, te va a encantar, y como sos vos, va a terminar y te vas a poner a escribir algo”. Dicho y hecho, aquí estoy.

Puse play y centré mi atención en ella. Tenía muchas expectativas, pero no había sido capaz de leer siquiera una línea de la sinopsis para que la sorpresa sobre su argumento fuera completa. Ya sabía lo que venía, claro, muchas canciones hermosas de los Beatles contextualizadas en una historia de video.

- La época, los años '60.
- El lugar, Estados Unidos - Nueva York.
- El contexto, la Guerra de Vietnam. 

Jude, un joven Liverpool emigró ilegalmente a Estados Unidos en busca de su padre biológico. Allí conoció a Max, un estudiante universitario sin interés en ese rumbo, y a su hermana Lucy. Al poco tiempo los dos muchachos se mudaron a Nueva York y comenzaron a vivir en el departamento de Sadie, una cantante de rock que buscaba guitarrista para su banda cuando incorporó a Jo-Jo y se enredó en una relación con él. Desde ese momento, no mucho pasó hasta que Lucy, buscando escapar de los recuerdos de su novio muerto en la guerra, siguió el camino de su hermano y se mudó con él a la gran ciudad. Como era predecible, ella y Jude se enamoraron.

Todo iba bien hasta que Max recibió una carta de reclutamiento del Ejército y fue enviado a combatir. Ese hecho marcó un punto de inflexión en la historia. Fue cuando Lucy comenzó a tomar conciencia sobre la atrocidad de la guerra y se unió a un grupo de activistas antibelicistas. Inmiscuida de lleno en las actividades y comprometida al cien por ciento con la causa, la mayoría de su tiempo comenzó a ser ocupado por la misma. Por su parte, a Jude le costó asimilar sus celos y la situación, por lo que la relación comenzó a deteriorarse hasta que Lucy lo abandonó y él volvió a su lugar de origen.

Durante la hora quince aproximadamente que transcurrió de película hasta aquí, las canciones de los Beatles fueron contextualizando cada situación. Interpretadas por cada personaje, a través de lo visual remiten a las sensaciones mentales más íntimas y psicodélicas, como cuando suena “I Am the Walrus” y los personajes viajan en el autobús de un gurú hippie (interpretado por Bono de U2). A  su vez, juega con el significado de las letras y la libre lectura de la poesía y el arte según cada subjetividad. Un ejemplo de esto es cuando suena “I Want You”, y se muestra el clásico dibujo de Abraham Lincoln apuntando con el dedo a Max, simbolizando al Ejército que lo solicitaba. Minutos después, continúan sonando las mismas palabras pero el significado de las imágenes cambia para remitirlas a una situación de amor.

La interpretación de las canciones es bastante diferente de las originales, pero buenas cada una en su esencia. En lo que respecta a la fotografía de la película, remite muchas veces a la psicodelia generada por el consumo de drogas en aquella época, situaciones en las que el abundante color y exacerbación combina secuencias que por momentos parecen video clips con versiones de los Beatles para canales de música. Por ejemplo, cuando suena “Strawberry Fields Forever” (una de las partes más lindas del filme) y Jude, en un paréntesis de locura por sus conflictos con Lucy, comienza a reventar frutillas y termina clavándolas en un mural simulando corazones sangrando.

Además de la música y los nombres de los protagonistas extraídos todos de canciones de la banda, las referencias a la época aparecen también en la representación de los personajes. La cantante Sadie es un claro prototipo de Janis Joplin y su guitarrista Jo-Jo parece un calco de Jimmy Hendrix.

Across de Universe es una película para acurrucarse y escuchar con el volumen bien en alto. El capital de su belleza no radica en la riqueza de su argumento, sino en la mixtura de sensaciones que genera al espectador durante dos horas que se convierten en una perfecta recorrida por el universo de los sentidos. Por momentos parece una montaña rusa que sube con total euforia, desciende con ese dramatismo que te hace un nudo en la garganta, y vuelve a ascender para dejarte tragar.  

        Elegir mirarla, es aceptar una invitación para dejarse cautivar con las escenas más primarias de amor y dolor. Porque con falta de inocencia me olvidé de contar… Jude regresa a Nueva York para buscar a Lucy y encontrarla con una canción (literalmente). Claro, como en casi toda película de amor, los protagonistas siempre terminan juntos para convencernos a nosotros, los espectadores conmovidos por 120 minutos de vaivenes de emoción, de que ese amor siempre es lo mejor. Ya lo dieron los Beatles…”All we need is love”.

Hasta la próxima.

Juliana D. Biurrún