Mujer fuerte

Ser una mujer fuerte no es tarea sencilla, por eso es que admiramos tanto a quienes lo son. Por eso es que hoy, en estos días de bisagra, los siglos y milenios de desventaja que sufrieron nuestros féminos ancestros, perecen al renacido poder infinito del vientre. El poder femenino es fuerte como las mareas que agitan los mares y sucumben a las ciclotimias de la luna. Nada le pasa desapercibido. Todo se aloja en las redes de su memoria que se entrecruza en historias escritas de sueños, decretos e intuición. Sagrada intuición. Las mujeres florecemos sabias cuando escuchamos el sonido de la piel que nos cubre el pecho. Somos fuertes y mucho; esto lo reafirma el umbral de dolor que podemos soportar y por el que fuimos creadas con la capacidad de parir. Una vez dijeron que una mujer inteligente podía conquistar el mundo, pero una conciente de su poder es invencible. Invencible ante la envidia de otros seres que no se descubrieron; a quienes la miden con mandatos ...