¿Qué es el under?
Caída y resignificación
“La música under es mucho más que la banda de tu vecino, el demo mal grabado o el antro rockero dónde nos encanta beber mientras escuchamos a un grupo de desconocidos en actitud Morrison”(*).
El castellano tiene más de 400 mil palabras. Muchas veces, regidos por la costumbre, utilizamos algunas sin profundizar en la comprensión de su significado verdadero, sus connotaciones y la culturalidad en la que se enraízan. Muchas palabras, son conjunciones idiomáticas que terminan por castellanizarse y adoptarse desde el inglés para la comunicación cotidiana, sin necesidad de traducción. Son los llamados anglicismos, causados por la porosidad cultural y la asimilación de lo de afuera. Ejemplos hay de sobra: Bye, carwash, chat, DVD, email, cool, feedback, flash, ok, rock and roll, shopping, standard, entre cientos más.
Una de las locuciones más usadas habitualmente en el mundo cultural y musical, es “under”, devenida del término “underground”, que en inglés significa “bajo tierra”. Pero su significación trasciende a lo literal y hace necesario apelar a su importancia simbólica y cultural. Es la antítesis y el paso previo al maintream; se lo puede entender como la producción artístico cultural no masiva ni comercial.
“El under es la esencia de la música. Su alma. Es el momento en que el artista se muestra de manera auténtica. Sin presiones, sin condicionamientos. Pero también es el momento en el que deben afrontar las mayores dificultades. Por eso está cargado de simbolismo y significado”, explicó Andrés Stefani, amigo de antaño y periodista responsable del suplemento “Alternativas” del diario Río Negro.
El under puede considerarse como un término polisémico y con muchas variables de análisis. Es el origen de toda banda y movimiento musical. Es un espacio de reme constante y decisiones independientes, con la responsabilidad que se acarrea en el triunfo o el fracaso. El under es también una forma de vida que rompe con lo instituido para generar un modo distinto, una postura de indeferencia ante lo que las masas consumen.
Su campo de acción es un circuito de movimiento y distribución propio, generado precisamente por esas bandas de abajo, no comerciales ni masivas, pero que se reinventan día a día en producción y perfeccionamiento. Porque el under no es sinónimo de ser descuidado o de sonar mal. Es sencillamente no pertenecer al mercado de masas, al mainstream del “éxito” comercial. ¿Pero qué es el éxito? Los triunfos en el under no se miden en términos económicos ni de popularidad, sino en la fidelidad del artista hacia su creación y la hermandad generada en el fogoneo de la actividad independiente y cotidiana entre todas las ramas que forman el circuito.
Por eso el under es una concepción cultural que se reinventa y resignifica en el tiempo. Ya no es una fuerza instituyente como modo de vida, sino el vivir en una dialéctica permanente entre las creaciones independientes y el uso de lo instituido. ¿Cómo se puede ser under si hoy por hoy cualquier banda graba un video con el celular y lo cuelga en Youtube? No por su uso va a volverse masiva ni mucho menos, pero el acto se traduce en la apropiación de una herramienta instituida social y culturalmente para transmitir una generación autónoma.
Al respecto, el editor y coordinador del sitio web ComahueRock, Nicolás Bustamante expresó: “Underground es un término resignificado. Antes, cuando ni vos ni yo nacimos, ser ‘under’ quería decir que eras un marginal que propagabas una versión diferente del mundo. Era como esparcir un virus. Por eso en todos lados la policía cagaba a palazos a los rockeros, porque estaban ligados a una historia de perdedores que querían hacerse cargo del asunto de otra manera. La definitiva apropiación de la cultura de parte de los grupos de poder resignificó el término desde los setentas y, especialmente, desde la década del noventa. Ahora ser ‘under’ significa que simplemente no la pegaste. Es el paso previo a pertenecer al mainstream. Es decir que lo único que diferencia a una banda punk del barrio Sapere de los Black Eyead Peas, es el éxito. La policía hoy no te persigue por ser ‘under’, porque ya está todo establecido de antemano. Y hoy podés ser alguien del ‘under’ y tocar para la Municipalidad al mismo tiempo, cosa que no ocurría hace 30 años”.
¿La caída del under?
Entonces quizás la explicación más correcta para el término, derive en una reconsideración del mismo. En una nueva designación que conserve los valores de independencia y solidaridad como “conciencia de clase”, englobados por el sentimiento de pertenencia que genera el compartir actividades similares con un montón de personas más, que trabajan diariamente desde lo soberano para crecer y proyectarse.
Ya no existe un conjunto que sin valerse de las herramientas de la actualidad, se manifieste por fuera de lo instituido. Cada cual con su mensaje hace uso de las mismas y busca, a su manera, progresar en el hacer diario. Entonces quizás hoy por hoy, el under puro sea una concepción extinta y mal usada.
Este es un presente de redes y caracterizado por la multiplicidad de espacios de expresión gratuitos (entiéndase internet) a los que muchos tienen acceso. Hasta las ideas más radicales pueden transmitirse por este medio, independientemente de que generen llegada o no. Entonces, ¿por qué hacer sin buscar crecer? ¿Por qué generar lo obsoleto en un hacer aislado? La actualidad brinda herramientas para que cada cual haga a su antojo con su producción. El hacer sin que importe si al otro le gusta, queda disminuido cuando el propio productor se vale de estos medios para transmitir su mensaje, su música y su arte.
Entonces el under cae por sí mismo, para resignificarse en un nuevo movimiento de artistas independientes de fuerzas externas, auténticos en su hacer y dueños de sus triunfos y fracasos, pero que utilizan los instrumentos que la modernidad les brinda para su actividad cotidiana. La búsqueda de lo instituyente termina por derrumbarse, para convertir al uso de lo instituido en una dialéctica constante entre el artista y su producción.
Y con este último post, me despido mundo blog por unos días. Marcho hacia mis merecidas (¿?) vacaciones. Al fin.
¡Hasta la próxima!
Juliana D. Biurrún
(*) Cita de Andrés Stefani.
Ojalá volvamos a los tiempos en los que estos blogs eran nuestro entretenimiento, gloriosos tiempos
ResponderEliminarHoy aprendí sobre UNDER, muchas gracias
ResponderEliminarMuy buen artículo,moderno y actual sobre un tema que muchos tararean pero pocos conocen de lo que dicen.... gracias
ResponderEliminarme da nostalgia leer acerca de la música under, más aún si es desde un blog, que buenos tiempos... gracias por la definición.
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